LO QUE HAGÁIS AL MÁS PEQUEÑO DE
LOS MÍOS,A MÍ ME LO HACÉIS…
Cuando tuve hambre, tú me diste
de comer,
Cuando tuve sed, me diste de beber.
Lo que hagáis al más pequeño de
los míos,
es a mí a quien lo hacéis.
Ahora, entrad en la casa de mi
Padre.
Cuando yo no tenía vivienda, tú
me abriste tus puertas,
cuando estaba desnudo, me
tendiste tu manto,
cuando estaba cansado, me
ofreciste reposo,
cuando estaba intranquilo,
calmaste mis tormentos,
cuando era niño, me enseñaste a
leer,
cuando estaba solo, me trajiste
el amor,
cuando estaba en la cárcel,
viniste a mi celda,
cuando estaba en la cama, me
cuidaste,
en país extranjero, me diste buena
acogida,
parado, me encontraste empleo,
herido en combate, vendaste mis
heridas.
Buscando la bondad me tendiste la
mano.
Cuando yo era negro, o amarillo, o
blanco,
Insultado y escarnecido,
Tú llevaste mi cruz.
Cuando era anciano me ofreciste
una sonrisa,
cuando estaba preocupado, compartiste
mi pena,
me viste cubierto de salivazos y
de sangre,
me reconociste bajo mis facciones
sudorosas,
cuando se mofaban de mí, estabas
cerca de mí
y cuando yo era feliz, compartías
mi alegría.
Es preciso que nosotros llevemos
esta vida,
Para llevar la paz y la justicia a
los hombres.
La obras son nuestra única manera
de expresar
Nuestro amor a Dios.
Es preciso que nuestro amor
se expanda sobre todas las personas.
Dios da lo que falta: el amor y
la gracia.
(Madre Teresa de Calcuta)
«Cuando el Hijo del hombre venga
en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono
de gloria. Serán reunidas delante de él todas las naciones, y él separará a los
unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las
ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los
de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado
para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de
comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba
desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis
a verme.”
Entonces los justos le
responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o
sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o
desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a
verte?”
Y el Rey les dirá: “En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.” (Mateo 25, 31-40)
Y el Rey les dirá: “En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.” (Mateo 25, 31-40)
Padre nuestro...
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