miércoles, 27 de febrero de 2013

¡Gracias, Benedicto XVI!

"Siempre he sabido que la barca de la Iglesia no es mía, no es nuestra, sino que es Suya y no la deja hundirse; es Él quien la conduce ciertamente también a través de hombres que ha elegido, porque así lo ha querido. Esta ha sido y es una certeza que nada puede ofuscar. Y es por esto que hoy mi corazón está lleno de agradecimiento a Dios porque no ha dejado nunca que le falte a la Iglesia y también a mí su consuelo, su luz y su amor...

Quisiera que cada uno se sintiese amado por aquel Dios que nos ha dado a su Hijo a nosotros y que nos ha mostrado su amor sin límites. Quisiera que cada uno sintiese la alegría de ser cristiano...

¡Dios nos ama, pero espera que también nosotros lo amemos! ¡Queridos amigos! Dios guía a su Iglesia, la levanta siempre y sobre todo en los momentos difíciles. No perdamos nunca esta visión de fe, que es la única y verdadera visión del camino de la Iglesia y del mundo. Que en nuestro corazón, en el corazón de cada uno de vosotros, esté siempre la alegre certeza de que el Señor está a nuestro lado, no nos abandona, es cercano y nos rodea con su amor. ¡Gracias!

(Benedicto XVI)

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