miércoles, 27 de febrero de 2013

Miércoles II de Cuaresma: Oración para este día


Mientras iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino: «Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará».

Entonces se le acercó la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: «¿Qué deseas?» Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».

Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber? » Contestaron: «Lo somos». Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre »…

No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos».
Mt 20, 17-28

Para los cristianos, el servicio no es opcional, algo que debe incluirse en nuestro horario disponible. Es el corazón de la vida cristiana. Jesús introduce en nuestro mundo una ética y una mística del servicio. Cada persona busca dar un sentido a todo lo que hace y vive.


Solo en la medida que te abres a otros, a los hermanos que caminan a tu lado, y te das cuenta de que tienes algo que dar, a la vez que recibir, vas siendo más feliz. ¿Qué puedes dar tú hoy?

Gastar la vida
Señor Jesucristo,
nos da miedo gastar la vida.
Pero la vida Tú nos la has dado
para gastarla;
no se la puede economizar
en estéril egoísmo.

Gastar la vida es
trabajar por los demás,
aunque no paguen,
hacer un favor
al que no va a devolverlo;
gastar la vida es lanzarse
aun al fracaso, si hace falta,
sin falsas prudencias;
es quemar las naves
en bien del prójimo.

Gastar la vida
no se hace con gestos ampulosos,
y falsa teatralidad.
La vida se da sencillamente,
sin publicidad,
como el agua de la vertiente,
como la madre da el pecho a su «wawa»,
como el sudor humilde del sembrador.

El futuro es un enigma,
nuestro camino se interna en la niebla;
pero queremos seguir dándonos,
porque Tú estás esperando en la noche
con mil ojos rebosando lágrimas.
Luis Espinal.


ORACIÓN FINAL
Ayúdanos, Señor, a entender que la comunidad de los discípulos
debe estar animada por el servicio;
y que solo cuando somos siervos de nuestros hermanos
estamos en el camino del Reino.
Concédenos por ello encontrar gracia ante Ti,
para que podamos compartir hasta el fondo
el cáliz de tu voluntad y vivir un servicio mutuo,
generoso y fecundo a ejemplo de Jesús. Amén

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