viernes, 24 de mayo de 2013

Oración de la mañana: Querida madre mía


Ojeando papeles viejos encuentro la fotocopia de una carta que leí no sé dónde. Te la transcribo: 

"María: 
No sé cómo empezar esta carta. Me habría hecho muy feliz que con toda sinceridad hubiese podido decir: 'Querida Madre Mía', pero siento que no alcanzo a decirlo porque no sé si te quiero lo suficiente para ello.

El querer a alguien es dar y hacer por el otro "el todo". Yo sé que Tú eres todo eso para mí: ¡eres mi Madre!; pero por mi parte no confío lo suficiente, no amo lo suficiente, no me entrego lo suficiente. ¿Será por todo eso por lo que no recibo respuesta a mis peticiones? 

Diariamente te cuento mis temores, mis inquietudes, mis preocupaciones, incluso mis alegrías, y Tú callas. ( ... ). ¿Es, como te decía antes, mi falta de amor y confianza, en definitiva mi falta de fe, la que no me deja entenderte del todo? Yo te espero todos los días. Gracias." 


¿Puedes tú decirle con sinceridad 'Querida Madre mía'? ¿Das y haces "el todo" por Ella y por Dios? Puedes hablarlo con Ella. Lo que no está escrito, es ahora cuando puedes decírselo, comentando el texto que has leído y las preguntas. Después termina con la oración del avemaría.


Ah! Y no te olvides de hacer en este día una buena acción, por lo menos: Es un buen regalo para María.

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