viernes, 17 de mayo de 2013

Oración de la mañana: P. Coll, educador


La Anunciata está extendida por veinte países, cuatro continentes, con la misión de “iluminar las tinieblas de la ignorancia con la sana doctrina”.  Hoy, mientras nos preparamos para la fiesta de S. Francisco Coll (el día 19) nos dejamos invadir por el espíritu que le marcó a él para hacer de la Anunciata uno de esos “lugares” desde los que anunciar el Evangelio.  

Fragmento de la carta que el P. Coll dirigió a Fray José Sanvito, Vicario General de la Orden, donde expresa el objetivo de la Fundación:

“Habiendo dedicado muchos años, como misionero apostólico y dominico exclaustrado a la predicación… observé que la causa de la desmoralización de los pueblos era la ignorancia… esto me dio a entender que uno de los medios más a propósito sería la fundación de una congregación de Hermanas terciarias dominicas, que tuviese por objeto la enseñanza de las niños en los pueblos y ciudades”.
Y, un segundo texto, del obispo de Gerona Florentino Llorente y Montón, donde hace mención expresa a la atención de la mujer:
“A la educación de las niñas se dedican con solicitud en algunos pueblos, desde no hace mucho tiempo, las hermanas de la tercer orden de Santo Domingo, que llevan ciertamente una vida pobrísima y verdaderamente laboriosa. Así pues, se puede decir que la divina providencia ha suscitado esta realidad para salir generosamente al paso de la necesidades de la mujer” (T, 657).


REFLEXIÓN
Quienes conocieron al P. Coll aseguraban que no se precipitaba a la hora de tomar decisiones. De ordinario tardaba en dar una palabra o en adoptar una resolución pero, cuando se proponía algo tras madura deliberación no era fácil a volverse atrás. El veía en sus largos recorridos por tierras catalanas, la falta de escuelas, las pocas niñas que iban a ellas y la escasez de maestros. Con la mirada amorosa al pueblo que él tanto quería, veía la gran pobreza de las personas que tenía, como causa principal, la ignorancia de la mujer y la carencia de formación religiosa.

Eso fue fraguando la idea de una fundación dedicada a la educación y quería, para ella, religiosas con espíritu dominicano, mujeres evangelizadoras, pobres, que llevasen la educación cristiana a las jóvenes sobre todo en las poblaciones pequeñas. En la carta dirigida a la reina Isabel II expresa el objetivo de la fundación: “siempre he considerado la instrucción de las niñas como una obra de la mayor caridad y de gran trascendencia para el bien de las familias y de la sociedad entera”.

Y esta intuición de San Francisco Coll no se quebró con el paso del tiempo. Tuvo momentos de altura y momentos de declive, pero con el junco, siempre permaneció firme, arraigado en tierra rocosa, en fundamento sólido. Extendidas por África, Asia, América y Europa, las Dominicas de la Anunciata están “iluminando” desde distintas acciones siempre con el ideal puesto en que la ignorancia de nuestro tiempo tiene diferentes rostros.

PRECES
1. Por la Iglesia para que, iluminada por el Espíritu, sea fiel a la misión que le ha sido confiada y anuncie con humildad y fortaleza el Evangelio, sin dejarse influenciar por los poderosos de este mundo. ROGUEMOS AL SEÑOR.

2. Por los que rigen los destinos de las naciones para que trabajen por la paz y la justicia y defiendan los derechos y los intereses de todos y en especial de los más débiles e indefensos.

3. Por los que se sienten abandonados o afligidos por el dolor y la enfermedad o son víctimas de la injusticia humana, para que en todo momento sientan la cercanía del amor de Dios.

4. Por cada una de nosotros, que impulsados por el ejemplo del P. Coll, cultivemos el amor a María en el misterio de la Encarnación y entreguemos nuestra vida al servicio del Evangelio.

5. Por las Dominicas de la Anunciata, para que sean signo de luz y esperanza en la oscuridad de este mundo y puedan contagiar, con el testimonio de cada hermana, la alegría de su consagración.

Dando gracias a Dios por el carisma dado a la Iglesia por San Francisco Coll, digamos confiadamente la oración que Jesús nos enseñó: PADRE NUESTRO

ORACION FINAL Dios y Padre nuestro, tú que has elegido a San Francisco Coll para anunciar el mensaje de la salvación y disipar las tinieblas de la ignorancia con la luz de tu Palabra. Haz que su ejemplo e intercesión suscite nuevos anunciadores del evangelio en todos los estados de la vida cristiana. Así, firmes en la fe, esperanza y caridad, seamos en la Iglesia instrumentos de reconciliación, de paz, justicia y solidaridad. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén

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