miércoles, 6 de marzo de 2013

Miércoles III de Cuaresma: Oración para este día


Dijo Jesús a sus discípulos: «No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley.

El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».
Mt 5, 17-19


Jesús es la nueva Ley, el nuevo criterio de obediencia. Debemos aprender a interpretar la Ley con el Espíritu y la  mente de Jesús.


¿Pones en práctica esta nueva Ley que es Jesús con el fervor y la actitud de Jesús? Las opciones importantes en tu vida, ¿las tomas tú? ¿Permites que otros opten por ti y no lo hagan desde el Espíritu que quiere Jesús? ¿Permites en tu entorno, en tu comunidad, el odio, el prejuicio o la crueldad?


Tú eres el Dios de las cosas grandes,
pero en las pequeñas manifiestas tu predilección.
Por eso te siento capaz de asomarte a mi pequeñez,
de no asustarte ante ella, y de colmarla con tu amor.

Quiero aprender sensibilidad, Señor.
Seriedad y responsabilidad ante las cosas importantes,
y delicadeza con las cosas pequeñas,
que manifiesten la grandeza de mi alma.

Quiero aprender a tratar a los demás
con la misma medida que lo deseo para conmigo,
y quiero aprender, sobre todo, a tener presente
que en el núcleo de todo aquello que debo hacer
debe estar el amor.

Ayúdame a crecer en sencillez, en humildad, en verdad.
Ayúdame a crecer en amor.
Dame capacidad para aprender de tu sensibilidad
ante todo lo que es bueno, para desarrollarlo
y, también, ante todo lo que no es justo, y genera dolor,
para que no caiga en ello, Señor.

Dame las fuerzas suficientes para quererme a mí mismo,
para encontrar tu amor dentro de mí
que me empuje a amar a mis hermanos.
Amar a los que caminamos juntos en tu seguimiento.
Amar a los que están conmigo en clase
y juntos poder llevar a buen puerto
esa nueva Ley que nos pides vivir.


ORACIÓN FINAL
Concédenos Señor que, renovados por nuestra vivencia cuaresmal
y alimentados con tu Palabra,
nos entreguemos completamente a ti,
a la vez que a nuestros hermanos y hermanas,
por una renovación de nuestras actitudes personales y de clase,
y por una nueva vivencia de tu Ley en todo lo que hacemos.
Te pedimos que perseveremos fraternalmente unidos en la oración.
Amén.

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