“Si pones amor en las cosas, las cosas tendrán sentido.
Si les retiras el amor se volverán vacías”.
Ésta es la historia de un viajero que, en plena Edad Media,
fue a parar a una ciudad de Francia. El caminante se admiró de ver la cantidad
de canteros, albañiles y carpinteros dedicados a la construcción de un
magnífico edificio para la
Iglesia. Se acercó a uno de los canteros para interesarse por
su trabajo.
— ¿Podría explicarme en qué consiste su trabajo? -le
preguntó
El hombre, molesto por la pregunta, le contestó con malos
humos:
— Estoy picando estos bloques de piedra con la maza y el
cincel, y después los estoy ensamblando tal y como se me ha indicado para hacer
un muro. Estoy sudando la gota gorda y además me duele muchísimo la espalda,
sabe usted... Y para colmo, este trabajo me aburre y me paso el día soñando con
el día en que pueda abandonarlo.
Ante tal respuesta, el viajero prefirió marcharse y charlar
con otro cantero.
— ¿Podría explicarme en qué consiste su trabajo? -preguntó
nuevamente.
Y el segundo cantero le contestó:
— Pues mire usted: como tengo mujer e hijos necesito un
trabajo para ganarme un sueldo. Me levanto pronto cada mañana y vengo a picar
la piedra, tal y como se me ordena. Es un trabajo repetitivo, como se puede
imaginar, pero gracias a él puedo alimentar a mi familia, que es lo que me
importa; estoy contento con tener este trabajo.
Más animado por esta segunda respuesta, el forastero se
acercó a otro trabajador.
— Y usted, ¿qué está haciendo?
Y el tercer cantero, con los ojos brillantes de emoción y
con el dedo índice apuntando hacia el cielo, le contestó:
— Estoy levantando una catedral. ¡Una preciosa catedral! No
podría soñar en un trabajo más hermoso al que dedicar mi esfuerzo.
COMENTARIO:
Ya veis la importancia que tiene la motivación en el
trabajo, damos la vida por aquello que amamos. El caso es tener un gran ideal
en la vida. Los tres canteros están haciendo lo mismo, pero lo hacen movidos
por diferentes motivos. Si nosotros somos capaces de ilusionamos por lo que
hacemos podremos disfrutar, pues lo importante es la motivación. El tiempo
dedicado al estudio y a la formación es esencial para la vida, pues estamos
edificándonos por dentro, estamos creciendo interiormente, aprovechemos nuestro
tiempo, estudiemos y vivamos con la alegría y el amor de quien construye una
catedral.
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