¡Jesús está vivo! ¡Vive! Pero... ¡Qué distinto! No como antes. Ahora lo
sentimos dentro. Ahora sentimos su fuerza y su Espíritu en nuestro corazón.
¡Jesús vive! Es el convencimiento del Amor, es la seguridad del corazón, es la
fuerza de la fe. ¡Jesús vive! Lo sentimos y lo vivimos en el amor que vibra en
nuestros corazones, lo experimentos en la corriente de unidad y comunión que
sentimos con los demás... Él es nuestro camino, la Verdad y la Vida. Y Él nos
dice: “Amaos los unos a los otros como Yo os he amado. La última palabra es la
Vida de Jesús en nosotros, el hombre nuevo que continuamente nace y crece
abriéndonos a la esperanza y a una vida plena y verdadera...
Peticiones a modo de salmo:
Muéstrame,
Señor, el camino,
a la renuncia de aquello que te quite espacio en mi corazón.
Muéstrame,
Señor, el camino,
de olvidarme de mí mismo y de llenarse de Ti.
que se llena de Ti.
Muéstrame,
Señor, el camino de lo pequeño
que camina por el mundo haciendo el bien.
Muéstrame,
Señor, el camino de lo débil
que tiene su fuerza en Ti.
Muéstrame,
Señor, el camino de lo sencillo
que se llena de tu sorpresa.
Muéstrame,
Señor, el camino de la Vida
que se recorre siendo Tú lo más importante.
Muéstrame,
Señor, el camino del silencio
que llena de tu Palabra.
Muéstrame,
Señor, el camino de la vida
que se hace siempre contigo.
Muéstrame,
Señor, el camino de la entrega
en la que Tú te das como regalo.
Muéstrame,
Señor, el camino de lo que no se entiende
que esconde lo feliz que es vivir
contigo.
Muéstrame,
Señor, Tu camino y Tu verdad
como Pan de Vida que se parte y se entrega para
dar más vida.
Muéstrame,
Señor, el camino de lo que sea Tu deseo.
Muéstrame,
Señor, y haz en mí TU VOLUNTAD.
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