Empezaron los problemas,
se enganchó a la pena,
se aferró a la soledad;
ya no mira las estrellas,
mira sus ojeras
cansada de pelear.
se enganchó a la pena,
se aferró a la soledad;
ya no mira las estrellas,
mira sus ojeras
cansada de pelear.
Olvidándose de todo
busca de algún modo
de encontrar su libertad.
El cerrojo que le aprieta
le pone cadenas
y nunca descansa en paz.
Y tu dignidad se ha quedado esperando a que vuelvas…
Que nadie calle tu verdad,
que nadie te ahogue el corazón,
que nadie te haga más llorar
hundiéndote en silencio.
Que nadie te obligue a morir
cortando tu alas al volar,
que vuelvan tus ganas de vivir…
En el túnel del espanto
todo se hace largo,
¡cuando se iluminará!
Amarrado su destino
va sin ser testigo
de su lento caminar…
Tienen hambre sus latidos,
pero son sumisos
y suenan a su compás.
La alegría traicionera
le cierra la puerta
o se sienta en su sofá…
Y tu dignidad
se ha quedado esperando a que vuelvas…
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