No importa quién seas, ni de dónde seas,
da igual como seas, si quieres entrar.
La puerta está abierta, la vida te espera,
hay sitio en la mesa si quieres pasar.
Te escucharé, amigo, sabes que te admiro,
y soy todo oídos si quieres hablar.
Pero para entendernos, tú me tienes que dar
lo mejor de ti mismo, ya no te pido más.
que comience la fiesta que hemos hecho en tu honor.
Bienvenido a tu casa, aquí se habla en amor,
el idioma del alma, el que mueve montañas.
El idioma de Dios.
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