lunes, 13 de enero de 2014

Que encuentren a Dios en tu vida

Ha comenzado un nuevo año. Lo ponemos en tus manos, Señor.

Tú, Padre amoroso, que velas por nosotros y estás por encima de los límites del tiempo y del espacio, sabes lo que necesitaremos en este año que ha empezado. Nos abandonamos a tu misericordia. Que sea lo que Tú dispongas, Señor.

Aumenta nuestra fe, que seamos capaces de descubrir tu presencia a nuestro lado. No permitas que nada nos separe de Ti. Danos fortaleza en las pruebas, y ayúdanos cada día a recordar que nunca sucederá nada que Tú y nosotros, juntos, no podamos superar.

Líbranos de la indiferencia, especialmente ante quienes nos rodean. Haznos sensibles a sus necesidades, y muévenos a orar por ellos y a realizar acciones concretas en beneficio de ellos.

Ayúdanos a no desperdiciar el tiempo. Enséñanos a darnos a los demás, a comprender que sólo vale la pena lo que se hace por los otros.

Enséñanos a salir de nosotros mismos para ir al encuentro de los hermanos, simplemente como Tú: con la mano extendida y el corazón abierto. No dejes que nos paralice la inercia, el orgullo, la complacencia. No dejes de inquietarnos, de ponernos en movimiento, de lanzarnos contigo a construir tu reino de paz, amor y justicia, y a hacerlo en clase, en familia, en Humanidad.

Enséñanos a mantenernos sencillos y alegres, a ser verdaderamente testigos tuyos en el mundo. Ayúdanos a desprendernos de todo lo que nos estorba para seguirte. Líbranos de lo que nos hace tropezar, de lo que nos pesa: rencores, orgullos, miserias, apegos…

Enséñanos a ser pacientes, comprensivos, dulces, a perdonar al otro, a acogerlo en el corazón. Enséñanos a amar como amas Tú.

Queremos descubrirte en cada día de este año que ha empezado, y ayudar a que otros te descubran también.


Señor, que cuando nos busquen a nosotros, te encuentren siempre a Ti. Amén.

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