¡Ey, tú! Si, sí ¡tú! ¿qué esperas? ¿a quien esperas? ¿qué
haces?... ¿No te sientes señalado?...
Creo que es más que evidente que me dirijo a tí... te estoy
llamando a tiiii...
A veces crees que las llamadas son para los otros, que tú
puedes pasar indiferente en el camino de la vida... pero no es así.
Tú eres tú, y con lo que eres puedes dar mucho a los demás,
puedes dar mucho de todo lo bueno que tienes dentro... y eso es lo que
quiero... que escuches mi llamada.
Mi dedo te señala, y con ese gesto te estoy diciendo que
eres importante, que el mundo necesita de tu yo más auténtico para seguir
construyendo este mundo que te he regalado.
Puede que, a pesar de la claridad de mi llamada, no te
enteres que eres tú el único que puedes responder por ti mismo y... puede que
no te enteres que los demás no te quieren ausente sino lleno de vida para
seguir dando vida.
No mires a la lejanía, mi llamada está muy cerca,... tanto
que a veces hasta te cuesta enfocarla para descubrirla.
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