Llegan las vacaciones, se acaban los estudios, exámenes.
Dejamos libros y papeles para tener más tiempo para nosotros pero… echando la
vista atrás hay tantas cosas, Jesús, por las que dar gracias: momentos de
amistad, de juegos, de familia,… personas y momentos que me han hecho crecer.
Quiero pararme hoy, ante ti, con las manos llenas de vida…
Han pasado este curso muchas cosas… he vivido, a veces, sin agradecer
tantos regalos que he tenido en mi día a día.
Al acabar quiero sentarme a tu lado, Padre, y darte gracias
por mi familia que me quiere, protege y ayuda.
Gracias, Jesús, por los ratos compartidos con mis amigos en
el juego, estudio, en tantos secretos …
Gracias, Maestro, por mis profesores. Aunque a veces no les
entiendo intentan sacar cada día lo mejor de mi.
Te doy gracias, Señor de los Cielos, todas las mañanas,
porque me has regalado la vida,
y por su camino me acompañas con tu sombra.
Te doy gracias, también, a menudo,
por el sol que nace,
por la lluvia que cae de los cielos
y los campos baña.
Por la madre que espera,
por la esposa que ama,
por los hijos que dan y que quitan,
que entregan caricias
a cambio de lágrimas.
Por la breve mudanza del tiempo
que a cada pasado promete un mañana,
por el arte y la ciencia
y por todo lo que, a manos llenas,
Tu infinito poder nos regala.
- Pienso en el momento o en la persona que este curso más me
ha ayudado a crecer y le doy las gracias.
- Con tus amigos, familia,… a qué personas has ayudado tú a crecer.
Da gracias también por ello.
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