jueves, 18 de octubre de 2012

Si quieres, puedes


Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba  resuelto a encontrar los medios para solucionarlos. Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas. Cierto  día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar.

El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a  jugar a otro lado. Viendo que era imposible hacerlo, el padre pensó en algo que pudiese darle para distraer su atención. De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo: justo lo que  necesitaba. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con  un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo: "como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie".

Entonces calculó que el pequeño tardaría 10 días en componer el mapa, pero  no fue así. Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente. ”Papá, papá, ya lo he hecho, lo he terminado”. Al principio el padre no creyó en el niño. Pensó que sería imposible que, a su edad hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes.


Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza  de que vería el trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz? De esta manera, el padre preguntó con asombro a su hijo: - "Hijo, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo has hecho?". - "Papá, respondió el niño, yo no sabía como era el mundo, pero cuando sacaste  el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así que di la vuelta a los recortes y comencé a recomponer al hombre que sí  sabía como era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di la vuelta la hoja y vi que había  arreglado al mundo".

 Quizás no sea tan difícil eso de cambiar el mundo. Tal vez sólo sea suficiente con cambiarnos a nosotros mismos. Incluso con echar una mano a quien tenemos a nuestro lado para ayudarle a ser feliz. Tal vez hoy pueda ser el día en que el mundo cambie un poco. ¿Te atreves a intentarlo?

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